Fusil en medio

La plaza de Tiananmen está vacía.
La estatua del régimen reposa ausente.
La levedad del silencio angular adormece.
Los labios tiemblan…
Mi palabra cae, cae cual polvo entre mis dedos.
Mis pensamientos tienen un fusil en medio.
El cielo azul está estampado.
Los monumentos apuntan a occidente.
Una gota de sudor recorre mi frente en oriente.
Lejana voz amurallada de mi humanidad
que reposa desnuda, gélida, impávida.
Mantengo en mis manos las palabras que no se pueden pronunciar,
aquel llanto que no se puede aguantar,
aquel verso que no se puede declamar.
Mi humanidad está vacía, es peregrina, es finita.
Un dedo índice me quiebra la voz,
recorre la tierra mi hambre subyacente.
Seres de la calle sin luz y sin hogar atraviesan mi mente.
Una criatura vulnerable clama impaciente.
Mi humanidad es silente, piadosa, inquebrantable.
Y de pronto un golpe en la espalda.
Un hoyo en el pecho, un clamor en el universo.
Entonces la libertad, libertad infinita que aguarda paciente.
Entonces, la libertad oceánica disponible no sin precio.
Entonces, la libertad solamente.

Poema en memoria del Dr. Li Wenliang , por la defensa de la libertad de expresión

Por Hei Paredes

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