La Biblia es de los inesperados
La Biblia es un guión lleno de personajes INsospechados que se sentirían más en casa estando en una guarida de INdocumentados, INdigentes e INdecentes que en un salón de belleza lleno de Barbies con maquillaje INmaculado y de Kents con vestido INtachable. Todos, INmerecidos, fueron INvitados de honor a la fiesta de gala donde la Gracia y la Misericordia adornaban con belleza INdescriptible el gran salón de baile que pronunciaba un fuerte aroma INcluyente. Uno a uno llegaban. De INmediato, se le abría ceremoniosamente el gran portón y se le concedía el INgreso.
Ninguno portaba INvitación y aún así el recibimiento era digno de un héroe INdispensable. INdignados, por ver la INtrusión de estos personajes INdecorosos, siempre habían algunos que asumían que eran los únicos INcluídos en la lista de honor; oh! el horror en sus rostros al percatarse que era para los INdignos la dignidad. La lista parecía más ser una agenda de pacientes psiquiátricos INadaptados que la de personajes de logros INcontables.
INmerecida, entra una adolescente. Apenas con sus 15-16 años, María aún es INcapaz de comprender la totalidad de lo que significará ser la madre del hijo de Dios. Juan y Jacobo entran después. Siempre INdefendibles, no superan aún la ambición política y la actitud guerrillera. Uno será el primer mártir y el otro el último, aún así, los dos serán luz INsustituible para El Reino. Siempre INsoportable, Pedro haciendo honor a su nombre, despliega su espíritu INdómito al entrar hablando fuerte y correr, sin esperar su turno, a donde estaba la comida. Con aire de INtelectual, entra con su pelo blanco despeinado Pablo. INcesante pensador y escritor Camina junto a él Timmy; Timoteo; un chico INmaduro pero INdispensable para la obra que Pablo debía realizar. Juntas, INgresan con picardía en la sonrisa dos chicas totalmente INesperadas en una reunión como ésta. Rut, que venia de una nación prohibida por Dios e INdeseada por los que creen que deciden quién es deseado y Rahab, quien tiene un pasado de vida INapropiado y algunos aún la consideran INdecente, pero todos en la fiesta saben que el Anfitrión la considera INocente. Atrás, un tanto INadvertida, llega una mujer que fue encontrada INfraganti y llevada a juicio por aquellos moralmente INcapaces de juzgar. El juez no declara su INocensia sino la advertencia a no vivir INapropiadamente. Hoy, ella llega elegantemente vestida de justicia INcorruptible. A la vista INdiferente de los que se creen diferentes, entra silbando y vestido totalmente INapropiado un adolescente adolesciendo de todo lo que se puede adolescer. Sus hermanos mayores eran ejemplo INdiscutible de regia postura y elegancia INnigualable. Graduados de las mejores escuelas militares, usaban sus medallas para esconder sus INseguirdades, mientras que este chico callejero se vestía de valentía para matar al oso, al león y a uno que otro gigante INcircunsiso que se apareciera por ahí. Ah!, pero la velada no podía comenzar.
El Anfitrión no daba INicio al convite si antes no llegaba el INválido de Mefi-boset: un tipo algo raro e INtrovertido que de chiquito había sufrido un accidente dejándolo con las piernas INhabilitadas. Lento, arrastrándose, se abría paso en el salón ante la mirada arrogante e INcómoda de aquellos que su INutilidad no es de las piernas sino del alma. ¡Que comience la fiesta! Todos, bailando INcansablemente hasta el amanecer, celebraban lo INadecuado de cada quien! Como que fuera una última cena, comieron con hambre INsaciable y bebieron sin INibición aplaudiendo que lo que en ellos era INapropiado, el Anfitrión lo hacía apropiado; que lo que en ellos era INconveniente, el Anfitrión lo hacía conveniente. El Anfitrión reía y festejaba con estos INdividuos que aún con todas sus INconveniencias, hoy le tenían una lealtad INcuestionable porque sabían cuánto los amaba el Anfitrión, cuánto los aceptaba y cuánto creía en ellos. Sabían lo que había costado traerlos a la fiesta; ¿cómo no celebrar? Sabían bien que para el Anfitrión, ellos eran de un valor INcalculable!
Artículo de Junior Zapata
Ninguno portaba INvitación y aún así el recibimiento era digno de un héroe INdispensable. INdignados, por ver la INtrusión de estos personajes INdecorosos, siempre habían algunos que asumían que eran los únicos INcluídos en la lista de honor; oh! el horror en sus rostros al percatarse que era para los INdignos la dignidad. La lista parecía más ser una agenda de pacientes psiquiátricos INadaptados que la de personajes de logros INcontables.
INmerecida, entra una adolescente. Apenas con sus 15-16 años, María aún es INcapaz de comprender la totalidad de lo que significará ser la madre del hijo de Dios. Juan y Jacobo entran después. Siempre INdefendibles, no superan aún la ambición política y la actitud guerrillera. Uno será el primer mártir y el otro el último, aún así, los dos serán luz INsustituible para El Reino. Siempre INsoportable, Pedro haciendo honor a su nombre, despliega su espíritu INdómito al entrar hablando fuerte y correr, sin esperar su turno, a donde estaba la comida. Con aire de INtelectual, entra con su pelo blanco despeinado Pablo. INcesante pensador y escritor Camina junto a él Timmy; Timoteo; un chico INmaduro pero INdispensable para la obra que Pablo debía realizar. Juntas, INgresan con picardía en la sonrisa dos chicas totalmente INesperadas en una reunión como ésta. Rut, que venia de una nación prohibida por Dios e INdeseada por los que creen que deciden quién es deseado y Rahab, quien tiene un pasado de vida INapropiado y algunos aún la consideran INdecente, pero todos en la fiesta saben que el Anfitrión la considera INocente. Atrás, un tanto INadvertida, llega una mujer que fue encontrada INfraganti y llevada a juicio por aquellos moralmente INcapaces de juzgar. El juez no declara su INocensia sino la advertencia a no vivir INapropiadamente. Hoy, ella llega elegantemente vestida de justicia INcorruptible. A la vista INdiferente de los que se creen diferentes, entra silbando y vestido totalmente INapropiado un adolescente adolesciendo de todo lo que se puede adolescer. Sus hermanos mayores eran ejemplo INdiscutible de regia postura y elegancia INnigualable. Graduados de las mejores escuelas militares, usaban sus medallas para esconder sus INseguirdades, mientras que este chico callejero se vestía de valentía para matar al oso, al león y a uno que otro gigante INcircunsiso que se apareciera por ahí. Ah!, pero la velada no podía comenzar.
El Anfitrión no daba INicio al convite si antes no llegaba el INválido de Mefi-boset: un tipo algo raro e INtrovertido que de chiquito había sufrido un accidente dejándolo con las piernas INhabilitadas. Lento, arrastrándose, se abría paso en el salón ante la mirada arrogante e INcómoda de aquellos que su INutilidad no es de las piernas sino del alma. ¡Que comience la fiesta! Todos, bailando INcansablemente hasta el amanecer, celebraban lo INadecuado de cada quien! Como que fuera una última cena, comieron con hambre INsaciable y bebieron sin INibición aplaudiendo que lo que en ellos era INapropiado, el Anfitrión lo hacía apropiado; que lo que en ellos era INconveniente, el Anfitrión lo hacía conveniente. El Anfitrión reía y festejaba con estos INdividuos que aún con todas sus INconveniencias, hoy le tenían una lealtad INcuestionable porque sabían cuánto los amaba el Anfitrión, cuánto los aceptaba y cuánto creía en ellos. Sabían lo que había costado traerlos a la fiesta; ¿cómo no celebrar? Sabían bien que para el Anfitrión, ellos eran de un valor INcalculable!
Artículo de Junior Zapata
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