El proyecto EduAction
Cuando uno decide emprender un viaje lo invaden miles de sensaciones: incertidumbre, temores, alegría, adrenalina y muchas ganas de conocer nuevas realidades.
El viaje
Al llegar a Colombia todas estas sensaciones están presentes a flor de piel y sobre todo hay una que sobresale: la incertidumbre y entonces una se pregunta ¿Y ahora qué pasará? Pueden haber muchas respuestas pero lo primero que viene a mi mente es la satisfacción de haber elegido este país: Colombia, este país que siendo parte de la gran Latino América, envuelve en su esencia una cultura única. Al mismo tiempo me invade la satisfacción de haber elegido dar una pequeña parte de mi vida en las aulas de un colegio de niños colombianos en un proyecto llamado EduAction.
Los niños
Mi primera experiencia con los niños fue en la fundación Ángel de Luz. Dejarse emocionar por las historias de los niños pequeños, donde una se siente parte de sus vidas y sus sonrisas. O sorprenderse por la alegría y picardía de los niños más grandes que conocí en el colegio Ricaurte en Soacha, son recuerdos que producen un sentimiento único. Recuerdo lo felices que estaban algunos de mis amigos, los trainees, después de estas jornadas.
A raíz de las capacitaciones que tuvimos los voluntarios y sobre todo después de contrastar la información con la realidad hoy sé que la realidad educativa en Bogotá es complicada y desigual como sucede en muchos lugares. Quizás en estas pocas semanas que estaremos en el proyecto poco o nada logremos hacer por cambiar esta realidad en Tocancipá. Sin embargo hay que ser capaz de dar un paso más, ese que te lleva a dar y hacer de la vida de las demás tu propia vida , eso que es una vocación al servicio que te lleve sin esperar a cambio nada más (ni menos) que el CAMBIO. Un pequeño o gran cambio en la vida de los niños del proyecto.
El viaje
Al llegar a Colombia todas estas sensaciones están presentes a flor de piel y sobre todo hay una que sobresale: la incertidumbre y entonces una se pregunta ¿Y ahora qué pasará? Pueden haber muchas respuestas pero lo primero que viene a mi mente es la satisfacción de haber elegido este país: Colombia, este país que siendo parte de la gran Latino América, envuelve en su esencia una cultura única. Al mismo tiempo me invade la satisfacción de haber elegido dar una pequeña parte de mi vida en las aulas de un colegio de niños colombianos en un proyecto llamado EduAction.
Los niños
Mi primera experiencia con los niños fue en la fundación Ángel de Luz. Dejarse emocionar por las historias de los niños pequeños, donde una se siente parte de sus vidas y sus sonrisas. O sorprenderse por la alegría y picardía de los niños más grandes que conocí en el colegio Ricaurte en Soacha, son recuerdos que producen un sentimiento único. Recuerdo lo felices que estaban algunos de mis amigos, los trainees, después de estas jornadas.
A raíz de las capacitaciones que tuvimos los voluntarios y sobre todo después de contrastar la información con la realidad hoy sé que la realidad educativa en Bogotá es complicada y desigual como sucede en muchos lugares. Quizás en estas pocas semanas que estaremos en el proyecto poco o nada logremos hacer por cambiar esta realidad en Tocancipá. Sin embargo hay que ser capaz de dar un paso más, ese que te lleva a dar y hacer de la vida de las demás tu propia vida , eso que es una vocación al servicio que te lleve sin esperar a cambio nada más (ni menos) que el CAMBIO. Un pequeño o gran cambio en la vida de los niños del proyecto.
Así empiezo este breve paso por EduAction Bogotá. Se abre un mundo de posibilidades, de experiencias, de aprendizaje.
Bogotá, 1 de marzo de 2012
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