Apuntes mínimos sobre descentralización

En el  Perú, el modelo de organización y descentralización funciona debilmente y con varias falencias.

Algunos autores afirman que Perú es un país altamente centralista y concentrado. Bajo esta perspectiva la concentración económica en el Perú radica en Lima Metropolitana, que genera casi el 50% del PBI, así también la centralización estatal se concentra en el gobierno central ubicado en Lima, que maneja el 70% del presupuesto nacional y toma las principales decisiones económicas, políticas e institucionales. [1]. No solo el poder político e institucional se encuentra en Lima, sino también  las actividades económicas, del capital y de recursos humanos (las mejores empresas y universidades se encuentran en Lima) lo que lleva a la concentración del poder económico, provocando una migración hacia Lima.

Lo antes mencionado genera una desigualdad productiva entre Lima y el resto de regiones,  debido a que no existe una buena integración regional, es decir  no existe un interrelacionamiento eficiente  entre los diferentes niveles de gobierno (central, regional y local).    

Frente a este panorama, algunos plantean que se debe  promover el desarrollo regional equitativo y convergente, es decir que todas las regiones existan las mismas oportunidades de empleo, educación, salud- lograr un bien común-  y para lograr ello es necesario algo mucho más trascendente:  el modelo de los factores del crecimiento, que hasta hoy en Perú han sido el modelo primario exportador pero ha dejado de lado el “capital humano”, como principal fuente de crecimiento, este debería ser el principal objetivo de las políticas de desarrollo a nivel regional, nacional. ¿Será esta la solución para la descentralización? 

Finalmente, considero que reactivar el Consejo Nacional de la Descentralización (CND) y que los gobiernos regionales tengan representación en el Consejo de Ministros con la esperanza que pueda ayudar a mejorar la asignación del gasto corriente y de inversión en función de las necesidades regionales y locales, es inaceptable ver a los alcaldes realizando colas para que les sea asignado un presupuesto para sus municipalidades. Es momento de cambiar estas realidades deficientes que impiden el desarrollo del Perú.

[1] Gonzales de Olarte. Economía Peruana 2017. PUCP





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