Crítica mínima a “la iglesia” moderna no católica




UNO
Rembrant pintor barroco, holandés,  hombre de la reforma, más que cualquier otro artista se esforzó por darle una realidad humana al rostro de Jesús.  Su obra, diferente al “arte cristiano” de su época,   revelaba la profundidad espiritual que calaba hasta los huesos.  Existe un cuadro que ha llamado mucho la atención “The Descent from the Cross”. Esta pintura cobra un sentido muy profundo, aquí Rembrant logra confrontarnos con la humanidad de Cristo y con nuestra propia realidad de una forma poco convencional.  Pues, cambia  la imagen remota e inalcanzable de un Cristo a la de un hombre con un cuerpo maltratado y pisoteado muy humano.  En esos años generalmente, a Jesús lo pintaban  con un aura de deidad inalcanzable. Sin embargo el Jesús que Rembrant  plasmó estaba hecho con pincel protestante y pintura de Reforma, hablaba al corazón directamente sin mostrarlo como una deidad inalcanzable que vivía solo en los cielos. Nada mejor para materializar el versículo “El verbo se hizo carne, vivió entre nosotros y vimos su gloria.”
DOS
Martín Lutero decía que después de la Palabra de Dios, el arte noble de la música es el tesoro más grande en el mundo. Y quizá tenía razón. La Reforma no solo produjo cambios en la iglesia, sino transformó la expresión de los fieles a través de la música. Por ejemplo, Walther, el director de coro de Lutero, modificó el ámbito de la música de alabanza al permitir cantar a todos los asistentes a la liturgia. Tal cosa era un escándalo, una anarquía en la adoración, pues la alabanza debía ser entonada sólo por las personas autorizadas. Las ideas de la reforma democratizaron la música.  Sin embargo, lo que sucede hoy es que la iglesia (no católica) en su afán de no mancharse con lo “secular o mundano” ha reducido la música a salmodias repetitivas, aburridas,  y música sin mucho más eco que la propia congregación. Lástima de aquel que prefiera oír otro tipo de música que no esté dentro de los cánones eclesiales.

TRES
Generalmente en Latinoamérica, la iglesia cristiana (no católica) influye y emite opinión de lo que la congregación debe creer, pensar, escuchar y apreciar.  Por ejemplo, ante una obra de arte o una pieza musical  que rompe sus esquemas, lo que hacen las autoridades cristianas es excluirla  pues no es considerada “apropiada”, si acaso existe tal cosa.  
El arte no solo incluye lo radiante,  sino lo disfuncional,  lo doloroso, lo meramente humano, y  esas expresiones irritan a la feligresía autoritaria, pues no tiene nada que ver con el discurso de prosperidad positivista y postmoderno que hoy nos quieren vender en algunas iglesias.   El arte muchas veces perturba y debe perturbar la paz, y eso es bueno, nos lleva a la reflexión espiritual.  Está claro que los estilos de vida impropios de algunos artistas definitivamente no encajan con las enseñanzas de Jesús pero no se puede negar la influencia global y encerrarnos en una burbuja donde todo es “brillante”. Pareciera que la iglesia se ha forzado solamente a servir lo visible, lo utilitario, lo medible y vendible para seguir ganando masas.
CUATRO
Sin embargo, y a pesar de las reglas que le imponen al arte dentro de la iglesia. Como decía el escritor Junior Zapata, Jesús se mudó al mundo, donde hay un arte que no es “cristiano” y no toda la música es sagrada ni de alabanza, donde la gente no habla un “cristiánense”.     Para Jesús no había esa absurda división que hoy existe,  entre lo “cristiano” y lo “mundano”. Como dice Marcos 1:15 “El reino de Dios está cerca”,  refiriéndose al lugar físico  y al ecosistema filosófico donde estaba Jesús en esta tierra. Por eso podía hablar sin hacer distinción con académicos como Nicodemo y discutir con teólogos, rabinos y los eruditos fariseos. Por eso podía  acercarse a los leprosos, hablar con comerciantes, prostitutas, y  entrar a comer a la casa de Zaqueo.    En medio de toda la historia, Dios ha usado a  personas imperfectas, quebrantadas, descompuestas, individuos de reputación cuestionable, para tejer un hermoso relato  hasta el día de hoy. 
Creo que a pesar de los cuestionamientos, Dios no sólo se relaciona con pastores, líderes religiosos,  clérigos, sino con todos y seguirá usando a tal menú  de personas, iconoclastas e inconformes con las normas para dejar un legado a la humanidad,  Lutero, Rembrant , Miguel Ángel, Handel, , Galileo Galilei, Wycliff, Joan Sebastian Bach, C.S. Lewis, Francis Schaeffer,  y la lista sigue. Creo que la música y el arte en general deben cultivarse libres, sin considerarlos secundarios.  Y más aún en la iglesia donde aprendemos que la creación tuvo lugar como una obra de arte hecha por el artista supremo, Dios. Considerando que la iglesia  es el lugar que exige el cultivo de la libertad de espíritu, el amor a la verdad y la caridad. Donde los hombres eligen  libremente  pertenecer y seguir la enseñanza de Jesús.
Si esto no es así, esto hace que algo esté claro, y es que una vez más llego a la conclusión de que  es difícil ser parte de alguna organización que tenga como fin controlar mi pensamiento o decisiones, llámese partido político, asociación civil, cofradía, o congregación.  No he de someter mis lealtades a quienes definan que debo leer, que música debo o no debo escuchar, que debo y no debo escribir o a donde ir o no ir.
Mientras tanto, recurro de vez en cuando al espacio lateral denominado exilio. Donde, algunos junto conmigo somos doblemente exiliados: una vez por la iglesia que no entiende el arte y una segunda vez por el mundo que no entiende la fe.





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