A propósito de las elecciones presidenciales

Hace unos días inicié mi lectura del libro  Homo Videns de Giovanni Sartori. De éste fluyen algunos planteamientos , que podrían ser influyentes a la hora de elegir.

  

1. El pueblo soberano opina sobre todo en función de cómo la televisión le induce a opinar.

  

2. La televisión condiciona fuertemente el proceso electoral, ya sea en la elección de los candidatos, o en su modo de plantear la batalla electoral o en la forma de ayudar a vencer al vencedor.

 3. Los sondeos hoy en día ni siquiera son un equivalente funcional de la opinión pública, pues no revelan la voz del pueblo, sino exteriorizan la voz de los medios en el pueblo (Homo Videns, 1997).

  

En efecto, dados los hechos actuales,  pienso que la sondeocrecia es únicamente, un ruido irrelevante para la sociedad , y al parecer algunos individuos confinan su decisión a la política por sondeo aunque esta sea falsa y producto de una alianza oscura  entre medios, encuestadoras y candidatos políticos con una pseudo moral.

Entonces surge la pregunta ¿Será que la sondeocracia desplace en algún momento a la democracia? Puede que nunca, pero de todas formas se ha convertido en un factor y variable de la fórmula de decisión del votante. 

No solo en período electoral ocurre lo arriba mencionado. Para nuestra mala fortuna segismundiana-  observo desde mi pantalla -   pareciera que los medios orientan la opinión pública  generando  una falsedad. Se encarnan en la frivolidad, en  titulares sensacionalistas cargados de morbo para vender más. Mario Vargas Llosa  lo llamaría la civilización del espectáculo.

Finalmente podría decir que en ese camino inevitable, los medios hacen uso de las elucubraciones, repitiéndose el mismo fenómeno en redes sociales. Las elucubraciones abundan en los medios.